jueves, 25 de septiembre de 2008

RESPONSABILIDADES DE LA EDUCACION SEXUAL

Responsabilidades de la Educacion sexual
Doc. Jorge Luis Merino Guarderas
"La responsabilidad con la cual los miembros de una sociedad vivan su sexualidad será directamente proporcional a la responsabilidad con la cual la sociedad adulta se haga cargo de una buena educación sexual para la niñez y la adolescencia"
La sociedad adulta espera y exige a sus jóvenes y adolescentes que sean responsables con su vida sexual, sin embargo se comportan irresponsablemente en la manera como asumen la educación sexual.
La prohibición ha sido insuficiente para ejercer control sobre la conducta sexual de los jóvenes y mucho menos para formarla.
La familia y la escuela no forman intencional y sistemáticamente la sexualidad.
La mayor parte de los adultos dicen a sus hijos que tengan cuidado, pero no enseñan como tenerlo.
La escuela y la familia aún sigue formando la sexualidad con un esquema represivo y preventivo: "mira todo lo malo que puede ocurrir si tienes sexo ".
La misión de la familia, la escuela, el estado y la sociedad sería brindar todos los repertorios en conocimientos, valores, actitudes y habilidades para que en forma autónoma puedan iniciar responsable y constructivamente su vida sexual
Mientras se siga evitando hacer una educación sexual abierta, basada en la verdad, centrada en la promoción de valores y actitudes para una sexualidad responsable, realizante y constructiva, no se podrá esperar que las futuras generaciones tengan una salud superior a la que han tenido las generaciones anteriores.
Una de las mayores preocupaciones que tienen los adultos respecto a la juventud se relaciona con la forma como están viviendo su sexualidad y los efectos de esta sobre su salud sexual.
La familia, la escuela, el estado y la sociedad en general esperan que los jóvenes sean "responsables" con su sexualidad. No sólo lo esperan, también lo exigen. Sin embargo es evidente la "irresponsabilidad" con la cual los adultos asumen sus funciones en la educación sexual.
Es fácil para los adultos señalar la irresponsabilidad de la juventud en su sexualidad, pero muy difícil para ellos señalar y asumir la propia irresponsabilidad respecto a la educación sexual.
Podría afirmar que la ideología adulta tradicional y todavía imperante en nuestra sociedad es educar a la juventud para que no tenga relaciones sexuales antes del matrimonio.
La juventud es objeto muchas veces de frases intimidatorias: "cuidado te me embarazas", "no la vayas a embarrar", "cómo me traigas un embarazo te mato", "mira lo que haces", etc.
CLASE SOBRE SEXUALIDAD
"¿Qué habéis hecho hoy en la escuela?", le preguntó un padre a su hijo adolescente.
"Hemos tenido clases sobre el sexo", le respondió el muchacho.
"¿Clases sobre el sexo? ¿Y qué os han dicho?"
"Bueno, primero vino un cura y nos dijo por qué no debíamos. Luego, un médico nos dijo cómo no debíamos. Por último, el director nos hablo de dónde no debíamos".
La represión y las prohibiciones como métodos de educación sexual han demostrado históricamente su ineficiencia, definitivamente no funcionan. Educar con estos métodos contribuye a la estructuración de una sexualidad irresponsable, poco saludable y negativa.
Les guste o no a los adultos, un porcentaje de adolescentes inician su vida sexual. La familia, la escuela y la sociedad no están formando a la adolescencia para iniciar su vida sexual en forma responsable, constructiva, realizante y autónoma, independientemente de la edad de inicio y de si esta se hace prematrimonial o matrimonialmente.
La familia y la escuela como instituciones sociales ejercen irresponsablemente su función formadora, le exigen a los y las adolescentes que sean responsables, que no se embaracen, que no tengan VIH SIDA pero sin hacer lo suficiente para habilitarles en los repertorios que se requieren para vivir responsablemente la sexualidad
El hecho es que la familia y la escuela exigen pero no dan, hacen muy poco para que las expectativas que tienen respecto a la vida sexual de los y las adolescentes sean como las desean. Se recoge lo que se siembra, ¿si no se cultiva bien como esperar una buena cosecha?
El 100% de los adultos no nos gustaría que nuestros hijos adolescentes tuvieran un embarazo temprano y que tuvieran VIH SIDA o una infección de transmisión sexual, etc. Sin embargo sería interesante analizar las actitudes que asumimos y las estrategias ineficaces que usamos para evitar que se embaracen y prevenirles del VIH SIDA.
Una parte de los adultos reconoce con sinceridad que no ha hecho realmente nada que sea efectivo para que sus hijos puedan vivir responsablemente su sexualidad.
Otra gran parte ha hecho cosas como las siguientes que por supuesto son inefectivas:· "Les digo que se cuiden" · "Les he dicho, cuidado con un SIDA ah!, usa condón" · "Les he hablado, le he dicho sobre los peligros de un embarazo" · "Yo les he advertido y les muestro lo que ha pasado a otros en la familia" · "Le hablo, les digo que se cuiden" · "Les digo que tienen que ver bien que es lo que hacen" · "Les hablo del amor… · "Les hablo... · "Les digo que deben ser responsables…"
Los padres y las madres esperan que sus hijos varones se protejan, pero no les enseñan como protegerse usando el condón. Como de las hijas no esperan que tengan sexo, por tanto ni siquiera les dicen que se cuiden usando un condón. En ambos casos es una respuesta irresponsable y sexista.
Ante el temor de un embarazo temprano padres, madres y docentes tienden a responder con actitudes terroristas e intimidantes que no son efectivas para prevenir los embarazos en la adolescencia.
En los adultos existe el temor irracional de que la enseñanza de los métodos para regular la fecundidad (anticoncepción) "incita" el inicio sexual, esto se considera como una forma dar "vía libre" para que tengan sexo.
los adultos suponen irracionalmente que esto es como una forma de animarles a tener sexo, ignorando que el hecho de tener sexo o no, es fundamentalmente una decisión de los jóvenes y que sería preferible formarles para regular responsablemente su fecundidad para cuando lo necesiten, porque esta ha sido su decisión.
La educación sexual como parte de una educación integral tiene sentido porque la sexualidad es aprendible, porque es una necesidad humana y es un derecho. Si la sexualidad es aprendible, debe entonces hacer parte del potencial humano a desarrollar en la niñez y en la juventud a través de una buena educación sexual.
Desde la perspectiva de la promoción del bienestar sexual será mucho más importante educar para aprender a amar, para aprender actitudes, valores y habilidades para la maternidad responsable y eficaz, para ser padre y madre como consecuencia de una opción consciente, para ser padres y madres de mayor calidad, para aprender a ser mejores hombres y mujeres, para aprender a ser mejores parejas, para ser seres felices y realizados a partir de la sexualidad, el afecto, el amor y el erotismo.
Si bien es cierto que la educación sexual tiene una función preventiva, su función primordial es la formativa. Una cosa es prevenir la incidencia de embarazos tempranos en los jóvenes y otra es la promoción de la paternidad y la maternidad como una opción, que requiere ser ejercida responsable y eficazmente.
La promoción de actitudes, valores, conocimientos y habilidades para una paternidad responsable además de ir mucho más allá de la prevención tiene un efecto preventivo de los embarazos, pero un programa de prevención de embarazo no implica necesariamente la promoción de la paternidad y la maternidad responsable.
Enseñar a tener sexo sin tener hijos no es lo mismo que formar para desempeñarse con excelencia en el complejo arte de criar hijos y formar una familia.
La promoción de la planificación familiar como "el conjunto de decisiones que una pareja hace para definir el tipo de familia que desean construir", implica la decisión de un determinado método para la regulación responsable de la fecundidad, pero la enseñanza del uso adecuado de estos métodos es otra cosa, importante si, pero diferente.
En vez de reprimir e intimidar con el objetivo de impedir que los y las adolescentes tengan relaciones sexuales, sería más efectivo formarles para que desarrollen su autonomía y conciencia interna, para que estructuren valores, actitudes, conocimientos habilidades que les sirvan para diferenciar, identificar y discriminar por si mismas lo bueno y lo malo, lo conveniente y lo inconveniente, lo saludable de lo no saludable, la responsabilidad y la irresponsabilidad, lo constructivo y lo destructivo, el placer y la conveniencia de postergarlo cuando no es conveniente, etc.
La formación en autonomía conduciría a que los jóvenes estructuren recursos internos para afrontar responsablemente la vida sexual. Este objetivo no podrá lograrse en unas cuantas sesiones de educación sexual, será el producto de un proceso complejo e intencional de formación que debe iniciarse a edades tempranas, tanto en la familia como en la escuela.
La misión de la familia, la escuela, el estado y la sociedad sería brindar todos los repertorios en conocimientos, valores, actitudes y habilidades para que en forma autónoma puedan iniciar responsable y constructivamente su vida sexual
La sexualidad puede ser fuente de crecimiento o malestar, satisfacción o insatisfacción, realización o frustración, etc. Dependiendo de la capacidad para manejar su vida sexual cada quien será autor del propio destino. Se hace necesario preparar a los y las adolescentes para que sean artífices de su destino sexual y amoroso, para que puedan ser constructores de un proyecto de vida sexual bueno y realizante.
Educar en la sexualidad teniendo en cuenta la formación de valores es una cosa y educar bajo la ignorancia es otra. Si bien es cierto que defendemos la promoción de valores y actitudes positivas, estas por sí solas, no son suficientes para lograr una sexualidad responsable
Consideramos que no existe una "única", "válida" y "aceptable" alternativa de educación de la sexualidad. Cualquiera de las alternativas de educación sexual es válida siempre y cuando no se basen en una posición represora de la sexualidad y esté orientada a promover elecciones autónomas y concientes de las conductas sexuales.
Para algunos la educación sexual debe centrarse en promover el sexo seguro, para otros en la promoción de la sexualidad responsable, para otros sólo la postergación y la abstinencia etc. La perspectiva tradicional adulta ha sido educar la sexualidad basándose en la promoción de la abstinencia y postergación sexual.
La adultez no es sinónimo de RESPONSABILIDAD, ser adulto desde el punto de vista de edad no garantiza vida sexual responsable, para una muestra la vida sexual que llevan muchos adultos: irresponsabilidad paterna y materna, familias mal construidas, embarazos no planeados, no deseados, VIH SIDA, problemas de pareja, violencia conyugal, etc.
. Por otra parte, la iniciación de las relaciones sexuales dentro del matrimonio tampoco garantiza que la sexualidad sea vivida precisamente con responsabilidad, felicidad y realización, mucho menos, si no se ha sido educado efectivamente con este fin.
La iniciación sexual responsable dependerá de que se tengan o no los repertorios en conocimientos sexuales exactos, en valores, principios y actitudes positivas y en habilidades socio sexuales necesarias para ejercer responsablemente la sexualidad. Es posible encontrar "adolescentes de 35 años" muy irresponsables con su sexualidad y "adultos de 20 años" bastantes responsables y realizados con su sexualidad.
Desde la nueva educación sexual se propone enseñar que "la sexualidad es algo maravilloso que merece vivirse, no de cualquier forma, sino de manera responsable".
Los siguientes son algunos criterios que se proponen para analizar lo que implica vivir la sexualidad responsablemente, se vive una sexualidad en forma responsable cuando…:· La persona se hace cargo de los propios actos y decisiones. ·Tiene en cuenta las consecuencias de los propios actos sobre si mismo y los demás.. ·Tiene en cuenta los propios sentimientos, valores y actitudes para tomar decisiones respecto a la vida sexual. ·Tiene la capacidad de aplazar el placer y la gratificación en situaciones que ocasionarían problemas y consecuencias negativas para si mismo y otras personas. · Decide libre, consciente y autónomamente. · Cuando la vivencia sexual está asociada a un sentido que le da significado a la experiencia sexual y amorosa.
La responsabilidad será el producto de un largo y complejo proceso de formación que implicará la estructuración de conocimientos, valores, actitudes positivas, habilidades y el desarrollo de una adecuada autoestima.
Cuestionamientos para reflexionar:·Cómo podrán ser responsables si se les tiene sometidos a la ignorancia y la desinformación sexual? ·Cómo podrán ser responsables si no se les enseña el uso adecuado de métodos de protección para embarazo y VIH SIDA por el temor a que tengan relaciones sexuales? ·Cómo podrán ser responsables si no se les entrena en habilidades para tomar decisiones, decir NO cuando eso es lo que se desea, manejar la presión de grupo etc.? ·Cómo esperar que sean responsables si tienen una serie de mitos, creencias y actitudes que favorecen conductas sexuales de riesgo para la salud sexual?
Una meta importante a trabajar en los adultos es la intencionalidad en la educación sexual para que familia y escuela no dejen al azar la educación sexual de los hijas o estudiantes, sino que asuman una actitud proactiva tomando la iniciativa para educar la sexualidad sin permitirse delegarla a otras fuentes que probablemente sean menos confiables.
No es necesario esperar a que hayan embarazos adolescentes para preocuparse por la educación sexual, es importante tomar la iniciativa y de manera intencional formar valores, virtudes, actitudes, conocimientos y habilidades relacionadas con la sexualidad. Los adultos proactivos en la educación sexual saben que si no toman la iniciativa otras personas lo harán por ellos.
Mientras se siga evitando hacer una educación sexual abierta, basada en la verdad, centrada en la promoción de valores y actitudes para una sexualidad responsable, realizante y constructiva, no se podrá esperar que las futuras generaciones tengan una salud superior a la que han tenido las generaciones anteriores.
¿Cuántos embarazos adolescentes?, ¿cuántos abortos más?, ¿cuánto incremento de VIH/SIDA?, ¿cuánta infelicidad más en las parejas?, ¿cuántas familias disfuncionales más?, ¿Cuánta paternidad irresponsable más?, ¿cuánto madre solteras más?, ¿cuánto abuso sexual?, ¿cuántas vidas destrozadas más se necesitarán para decir SI a una nueva Educación Sexual?.
¿Cuánto más será necesario para que reaccionemos y escuchemos lo que nos dice la realidad: hay que asumir responsablemente la educación sexual!?
Vale la pena hacer, lo que haya que hacer, como haya que hacerlo y cuando haya que hacerlo, con tal de lograr una educación sexual abierta, basada en la verdad y el diálogo, sistematizada, intencional y permanente.
El reto para el siglo XXI será desarrollar políticas y programas para que las escuelas y las familias formen una sexualidad que realmente sea "para la vida y el amor"
"No hacer una buena educación sexual y pretender que la adolescencia no tenga problemas en su vida sexual, es tan estúpido, como pretender que no se ahoguen en una piscina sin haberles enseñado a nadar y protegerse de los riesgos en una piscina"
MUCHAS GRACIAS

No hay comentarios: